En un contexto en el que la tecnología ha borrado casi todas las fronteras entre la vida laboral y personal, el derecho a la desconexión digital se vuelve esencial para preservar la salud mental y garantizar una conciliación real.
En un contexto en el que la tecnología ha borrado casi todas las fronteras entre la vida laboral y personal, el derecho a la desconexión digital se vuelve esencial para preservar la salud mental y garantizar una conciliación real.
